domingo, 15 de diciembre de 2013

soy bailarina y no vengo de un repollo



                                                                                                      Foto Festival 1954


Una frase de Pichi Cavallo( leer entrada anterior) confirma una realidad poco imaginada " no había  tv, no había ballets,  lo que conocíamos, lo conocíamos por el cine" y  casi sin dudar  nos preguntamos : cömo un cuerpo y su imaginario en canon  se puede armar mirando una imágen de cine?. Sabemos que vinieron maestros a transmitir un saber, un lenguaje  y ellas, nuestras  maestras,  hace tan sólo un par de generaciones se las arreglaron  para inventar un modo de "ser" bailarinas clásicas armando un  mapa collage con  un cotidiano muy diferente a lo que se cree : el brazo exacto de  Dorita Mendez,  el pie de  Pichi,  el giro de la maestra de Alba Lutecia  y  la cabeza de una  bailarina rusa que miraron en alguna  foto de revista eran los recursos para "hacerse" bailarina, todo parece comenzar ahí ,entonces cabe la pregunta: en qué teatro  vieron bailar un pas de deux? que abuela saltó de alegría en puntas? en que cuerpo tangible vieron la piel plegarse y transformarse en ala?  Nuestras maestras hicieron historia,  inventaron una historia que se tensaba entre ideales y posibles.



                                                                    Seminario de Danza 1956


Un eco de traducciones  a lo teléfono descompuesto llegan desde Rusia, París o Londres. Aparecen los decorados que se parecen pero no son, las pestañas postizas de cartón, las puntas que no eran para esos pies, los pisos que no eran de madera y telones que se colgaban 5 minutos antes  para armar una caja italiana. Una caja italiana que tiene el don de recordarnos que no tenemos reyes ni reinas ni una tradición de 200 años pero que en esa nada de nada o vacío a vacío un montón de niñas bailarinas  jugaron "demasiado" en serio el juego de la perfección o más interesante aún el concepto de  belleza marcando en esas decisiones y elecciones  muchos destinos danzantes y muchos sueños.
Nos legaron una historia y eso se agradece.


martes, 10 de diciembre de 2013

Pichi Cavallo nos pone en órbita


          Teatro Municipal de Bahía Blanca. Pichi Cavallo- Variación de Pajarito del Ballet Blancanieves 
 conMaría Angelica Cavallo (Pichi).

María Angélica Cavallo es Licenciada en Letras y trabaja actualmente como docente de Historia de la Danza. Nos cuenta que tiene registros de la danza escénica en la ciudad desde el año 1954, cuando empezaron a traer bailarines del Teatro Argentino de La Plata y algunos del Colón. “La danza clásica era menos popular que hoy día, pero había un imaginario, que sigue hasta hoy, que es el de la bailarina con tutú y zapatillas de punta”, afirma. “En un momento se comenzaron a hacer giras por la zona para difundir la danza. Se hacía en condiciones a veces muy adversas, con pisos muy riesgosos para los bailarines. Muchas veces eran cines cerrados y abandonados así que había que sacar telas de arañas, colgar los decorados, viajar en colectivos que no eran como los de ahora con aire acondicionado”.
             La historia cambia cuando Alba Lutecia vino a radicarse a Bahía porque su marido estaba en la marina. Ella fundó la Escuela de Danza y Estudios Coreográficos y el Ballet del Sur. Había integrado el ballet del Teatro Argentino y convencía a sus colegas para que vinieran a hacer alguna función al Teatro Municipal. Alba tenía un grupo de alumnas particular, y Pichi fue una de ellas. “No había tv, lo que conocíamos, lo conocíamos por el cine”, comenta. En un principio, la profesora había logrado el auspicio del ITS y creó el Seminario de Danza Clásica, que era gratuito,  a donde fueron un montón de chicas y nos sumamos la que éramos sus alumnas particulares, pero cuando se creó la UNS, Vicente Fattone no accedió a seguir manteniendo el seminario. Por eso se movilizaron los padres para crear una escuela. Alba Lutecia presentó un plan de estudios y se creó la Escuela de Danzas y Estudios Coreográficos. Pichi recuerda que “el plan tenía una gran carga horaria. Alba no quería bailarinas que sólo tuviesen en la cabeza una zapatilla de punta. Era una mujer muy particular, yo tuve mucha relación con ella. No sé qué la impulsaba a tanto. Tenía una gran capacidad de trabajo y una gran claridad mental. Conocía a todas sus alumnas, a sus padres, a sus vidas personales, al punto que terminaba controlándote. Trataba a todos de usted, incluso a las nenas de ocho años. Era genial en algunas cosas y terrible en otras, una mujer con muchas facetas”.
             Hasta 1982, la Escuela de Danzas funcionó en el Teatro Municipal, al igual que el Conservatorio de Música, que se crearon casi juntos y fue uno consecuencia del otro. En el lateral que da a Zeballos funcionaba la escuela de danza y en el otro el Conservatorio. “Así que nosotros crecimos ahí dentro. Jugábamos a la escondida ahí dentro y queríamos liberar a las palomas que se metían en el paraíso”.

El Ballet del Sur, en cambio, sigue funcionando allí. Esta institución también se origina en base a las alumnas particulares de Lutecia, quien fue la directora y coreógrafa durante casi dos décadas. En 1961 la provincia de Buenos Aires lo oficializa y pasa a ser dependiente del Estado, lo que hace que el ballet tenga períodos de crisis y otros de auge en consonancia con la situación política y económica de la provincia. De todos modos, para Pichi Bahía es una ciudad privilegiada al no ser capital y  tener cuatro escuelas de formación artística. “Cada vez veo más espacios nuevos de arte y eventos a los que no puedo asistir por falta de tiempo. Eso es muy positivo. Quizás haya sido, el tiempo trascurrido, el necesario para que todo el trabajo de hormiguitas realizado dé de a poco sus frutos”.         


lunes, 9 de diciembre de 2013

Baila Baila - Pas de Deux

En el primer encuentro de Baila Baila nos sumergimos en el mundo del folklore con el bailarín, coreógrafo y docente Sergio Barriga para preguntarnos ¿tradición o renovación? ¿cómo aparece la pampa en un barrio o en una escuela de Bahía? ¿cuáles son los secretos para bailar la zamba? En el segundo encuentro, este jueves 12 de diciembre, ingresamos al mundo de la danza clásica de la mano de los primeros bailarines del Ballet del Sur, Carolina Basualdo y Juan Manuel Martínez, pareja en el escenario, matrimonio en la vida real ¿cómo es un Pas de deux que dura todo el tiempo? Baila Baila, encuentros con la danza bahiense, es un ciclo de entrevistas con danza en vivo. Jueves 12 de diciembre ¿hora? ¿lugar? Invitan Escuela de Danza de Bahía Blanca y Estación Rosario, plataforma de acción cultural, Instituto Cultural de Bahía Blanca

Baila, Baila invita: Pas de deux from Baila, Baila on Vimeo.

martes, 29 de octubre de 2013

Zamba - Epílogo

Baila Baila ya no es más un proyecto, ahora es una realidad que irá creciendo mes a mes. El primer encuentro, dedicado a nuestras danzas folclóricas, despejó dudas y generó otras porque el saber tiene forma de hormiguero: se sabe dónde comienza pero nunca hacia donde se bifurca ni dónde termina. En el mapa-archivo se da cuenta de todos los lugares donde se bailan estas danzas y se muestra la popularidad y diversidad que tienen en nuestra ciudad. Y como todo archivo no es algo cerrado sino más bien todo lo contrario: un espacio sujeto a continuos cambios y ampliaciones abierto a los aportes comunitarios.

En la entrevista que tuvimos con Sergio Barriga nos explicó lo necesario para bailar una zamba, la historia de la danza y, en esta historia, todas las historias particulares como la de él, porque la historia de una danza es también la de cada uno de quienes la bailan. El público escuchó, hizo palmas y al final se armó un gran baile sobre el escenario mezclados profesionales y aficionados. El folclore tiene las raíces en un pasado originario pero llega vivo hasta el presente y nos hace pensar si la tradición es algo que debe resguardarse inalterable al paso del tiempo o si es una construcción colectiva abierta a refundiciones y refundaciones por parte de las nuevas generaciones.

Nicolás Arias 

Zamba - Trailer por Nicolás Testoni

viernes, 4 de octubre de 2013

Así nos vamos nombrando






La Escuela de Danza de Bahía Blanca es un  espacio de formacíón, reflexión y proyectos de investigación bajo la dirección de Gabriela Predan  que nos presenta junto al Instituto Cultural de Bahia Blanca:

http://www.i-cultural.com.ar/index.php/component/content/article/72-coberturas-ic/2217-baila-baila


Baila Baila :

un ciclo de entrevistas y danza en vivo, para empezar a trazar un mapa de la danza local en todas sus manifestaciones.

El domingo pasado se presentó el primer encuentro que tuvo como eje central al folklore, de la mano de Sergio Barriga, coreógrafo y docente de esta danza. Más de 120 personas asistieron a la Escuela de Danzas para escuchar su experiencia en vivo y directo, y al mismo tiempo, ponerle danza a la noche.

Natalia Martirena, encargada del ciclo y el archivo generado desde Estación Rosario, es quien encabeza la entrevista: "Este primer encuentro superó nuestras expectativas, nos sorprendió que fuese tanta gente, incluso muchos que nunca habían entrado a la Escuela de Danzas. Hubo gente de PAMI, amigos y vecinos, además de los alumnos de la escuela. Fue conmovedor ver a un alumno bailando con un abuelo, y todo eso genera que el archivo que estamos creando se entienda desde el funcionamiento de la danza y tiene un efecto multiplicador, tanto para mi como docente como para las personas que se llevan esta experiencia afuera".

"Es un formato de intercambio muy interesante, es un intercambio institucional, generacional, para recontextualizar la danza en nuestra ciudad", define Natalia.

El próximo encuentro se preveé para el 30 de noviembre, sobre danza clásica "Pas de Deux" junto a la pareja de bailarines Carolina Basualdo y Manuel Martínez.


http://ecbblanca.bue.infd.edu.ar/sitio/

miércoles, 2 de octubre de 2013

¿Por qué bailamos?

Que diferencia hay entre una peña y  un festival, entre el baile social y el espectáculo?





Qué se necesita para bailar la zamba?



Bueno, pero no estamos en Africa, no estamos en el Virreynato, somos mestizos , vivimos en una ciudad, andamos en auto, hablamos en celular, nos sacamos fotos todo el tiempo.

¿Cómo es la vida de alguien que baila folclore hoy?





El folclore como mediador entre la ciudad y el campo, entre un modelo agroexportador y modelo industrialista. 






Un  chamamé una noche de lluvia.

Gracias Sergio Barriga! 
                                                          
                                                                                      




sábado, 28 de septiembre de 2013

Vamos a bailar " Barro tal vez"



SOBRE "BARRO TAL VEZ", SPINETTA Y MERCEDES SOSA

Luis Alberto Spinetta escribió “Barro tal vez” en su adolescencia, en su época de estudiante secundario. Al principio, la canción no tenía nombre y se la conocía como “Zamba”. El flaco no la incluyó en Almendra y menos en sus proyectos más rockeros de los setenta; apareció editado recién diecisiete años más tarde en su disco solista Kamikaze (1982). Curiosidades del mundo, el padre del rock en español compuso en plena efervescencia beat una de las zambas más conocidas hoy día y que, extrañamente, pocos la identificaban como tal hasta que Mercedes Sosa la grabó en su disco doble Cantora (2009).
“Barro tal vez” habla de una necesidad: la de cantar; pero no cualquier cosa, cantar lo que se tiene adentro para no morir y, en este cantar, fundirse en la canción misma y ser uno con la naturaleza. Si bien tiene una pulsión vital propia de la adolescencia, la lírica y la armonía parecen haber sido escritas por un compositor ya maduro. Es que Spinetta fue un joven prodigio, un adulto prodigio y ahora, también, un muerto prodigio. Fue y será gigante, una referencia ineludible sentada en la mesa chica de los indispensables junto a Gardel, Yupanqui y dos o tres más.
Se volvería inútil cualquier intento por pensar la música popular sin tener en cuenta al flaco. No podemos saber cómo hubiera sido, pero sí podemos afirmar que hubiera sido diferente. Lo mismo ocurre con Mercedes Sosa. Liliana Herrero afirma que no se puede cantar como si ella no hubiese cantado. Ejecutar música tradicional implica el conocimiento de esa tradición, algo que la negra manejaba a la perfección. Si hay algo admirable en ella más allá de sus cualidades vocales es la elección de su repertorio. Comenzó con un repertorio tradicional pero con los años fue hurgando en todas las músicas de Latinoamérica y se mezcló con artistas muy diferentes sin caer en snobismos ni deformaciones. Muy por el contrario, complejizó y enriqueció tanto el panorama musical de la región que trascendió los géneros y se volvió, ella misma, nuestro folclore.

martes, 17 de septiembre de 2013

¿Qué es un archivo para Baila Baila?




ARCHIVO:
Del griego arkheion, algo así como "registro público" . Es un conjunto de documentos ordenados de alguna manera. Es importante este sentido de registro público, porque cualquier montón de cosas no es un archivo, lo es porque hay un orden, y porque se supone que ese orden está en función de una difusión pública. Organiza documentos, es decir, objetos, datos, papeles, relatos que son de interés público. Es un dato fidedigno que demuestra que algo es real: es el documento de la vida que vivió así como una cicatriz es el documento de lo que le sucedió a un cuerpo. Para que algo se convierta en documento hace falta un relato que le de valor de verdad.

El proyecto propone la investigación y formación de un archivo de los espacios de baile en la ciudad de Bahía Blanca, desde los clubes a la Escuela de Danza clásica, indagando quiénes bailan en esos espacios, a qué grupo social y etario pertenecen, y qué lenguaje corporal despliegan en su baile.





Detalle de Gráfica y Afiche para la presentación de Zamba

miércoles, 11 de septiembre de 2013

Que es Baila Baila?


Salsa, tango, clásico, disco, hip hop, folklore, contemporáneo....hay miles de lugares en la ciudad donde se baila, a distintas horas, distintos estilos. El ciclo Baila Baila, organizado por la plataforma de acción cultural  Estación Rosario y la Escuela de Danza Clásica de Bahía Blanca, busca mostrar esa diversidad y del hecho sorprendente de que todos, en algún momento de nuestra vida, bailamos ¿ Quién no lo hizo en una fiesta de 15 o en un casamiento? ¿ O en la adolescencia los fines de semana?¿ O en los bailes de la tercera edad que se hacen los últimos viernes de cada mes en el Coloso Cultural?


Baila Baila, encuentros con la danza bahiense, es un ciclo de entrevistas, con danza en vivo.

sábado, 7 de septiembre de 2013

Primera Entrevista - Zamba

En esta edición nos acercamos al mundo del folclore, a través de la zamba. ¿Qué es el folclore?¿ De donde surge la zamba? ¿ Qué lugar ocupa el folclore  en la danza bahiense? ¿Cómo se mantiene vivo a la tradición en un mundo mestizo?

Para responder esto entrevistaremos Sergio Barriga, bailarín y profesor de Folclore.

viernes, 30 de agosto de 2013

La Danza en el Folklore / por Abel Martínez Ocampo, Centro Municipal de Estudios Folklórico

 
RESEÑA HISTÓRICA DE NUESTRAS DANZAS FOLKLÓRICAS

En el correr del siglo XV se produjo en Europa una gran transformación en materia de danzas. Según el musicólogo alemán Curt Sachs “pasó la era de la espontaneidad” y se separaron para siempre la danza cortesana y la danza popular. Surgieron los maestros de danza profesionales, llamados a ocupar posiciones de respeto y con ellos aparecieron los tratados de baile. Estos maestros vinieron a reemplazar a los antiguos danzarines errantes, al igual que los juglares. Así, la danza cortesana restringió sus movimientos, a lo que contribuyó grandemente la vestimenta de la época. Desapareció toda improvisación y la pantomima, que antes era libre para expresar las emociones sin convencionalismo, se estancó en formas fijas que le han dado los maestros de baile.
Esta misma diferencia se advierte al estudiar las danzas en nuestro país durante la época de la colonia y aún después. Por una parte, tenemos las rígidas danzas cortesanas, como el minué y la contradanza; por otro, las danzas picarescas, como el fandango, la tirana, las seguidillas y el bolero, antecesores de nuestras danzas criollas, que fueron adquiriendo fisonomía propia sobre todo en el correr del siglo XIX. Estas últimas danzas son las únicas que se conservan y traen consigo hasta nuestros días su deliciosa espontaneidad, cuando se ejecutan en su propio ambiente popular. Adquieren, en cambio, algo de la rígida esquematización de la danza cortesana cuando se desarrollan de acuerdo con la enseñanza de “maestros” que las reducen a las figuras fijas para facilitar su transmisión.
La existencia de maestros en algunos lugares y el aprendizaje espontáneo en otros explica por qué difiere la coreografía de las danzas de una a otra región o ambiente y de una a otra época. Por eso, nuestras danzas criollas, así como las conocemos hoy, inclusive en muchas provincias, son productos híbridos de la antigua libertad de expresión y el juego coreográfico con la esquematización posterior, introducida por vía culta con los maestros de baile. En nuestros días, la libertad en el juego coreográfico de los bailes criollos va siendo reemplazada cada vez más por el diseño fijo. Y estas formas rígidas llegan poco a poco a los últimos rincones del país. Las danzas, como todos los bienes de la cultura, están destinadas a renovarse y están sujetas, además, a la ley de ascenso y descenso que señalara Carlos Vega en esta materia. Las danzas picarescas han vuelto a los salones y las antiguas danzas de salón han transfundido algunas de sus figuras en aquellas para no morir. Las danzas modernas, en cambio, han llegado ya a los últimos rincones campesinos y atraviesan el período de prueba.
En concreto, en nuestro país no se da nombre de baile alguno, sino a partir del siglo XVIII, en que se citan danzas cortesanas, lo mismo en Buenos Aires que entre los indios de las reducciones. El pueblo, en cambio, practicaba diversos bailes de la familia del fandango y el
fandaguillo en unos casos, y remedaba las danzas de los “principales”, en otros. A principios del siglo XIX y sobre todo después de la independencia, afluyen al país los viajeros que anotan en sus diarios muchas costumbres que hoy interesan al folclore. Por estos viajeros, se amplía el conocimiento de los bailes practicados en gran parte del país. Hasta mediados de siglo se menciona el minué, la contradanza y el vals, tanto en Buenos Aires como en salones de provincias junto con “danzas del país”, entre ellas las que en algún momento reciben figuras de la contradanza: el cielito, el pericón y la media caña; dos especies de minué acriollados: el montonero (llamado “federal” en la época de Rosas), la condición, el cuando y la sajuriana, y otras danzas picarescas como el fandango, cuyo principal representante es la zamacueca. Estos bailes llevan figuras más o menos refinadas, según el ambiente en que se practiquen.
A mediados de siglo, el panorama bailable de las ciudades cambia en cuanto se incorporan la polca y la cuadrilla, danza esta última que reemplaza a la contradanza. La polca cobra rápido arraigo, al punto que ya en 1843 William Mac Cann menciona a esta danza junto al minué y el vals como parte de las danzas peculiares del país. Por esa época se introduce también la mazurca, que los guitarreros aprenden, pero las danzas criollas siguen ocupando un lugar preferente, sobre todo en los lugares menos sujetos al imperativo de las modas que lanza Buenos Aires. Entre tanto, la polca, el chotis y la mazurca continúan su penetración, mayormente en el litoral, donde poco a poco estas danzas se aquerencian hasta hacerse campesinas; sobre todo la primera, cuya coreografía pervive porque se ha adaptado a músicas preexistentes. Esta virtud acomodaticia de las danzas nuevas con músicas antiguas es muy común, al punto que la polca se ha llegado a bailar con música de mariquita, perdiendo esta última danza en la región de La Rioja y Catamarca, su propia coreografía. En Buenos Aires, a su vez, se mezcla la polca con el gato, y nace la variante del gato polqueado. Además, la mazurca pervivirá en la ranchera, y la habanera se fundirá con el tango. Las danzas de cuadrillas, de figuras demasiado numerosas, se conformarán en cambio con dejar algo de sí en las danzas criollas, y mucho en el carnavalito norteño.
Ya hacia fines de siglo se produce la separación entre las danzas de los salones y las criollas, como consecuencia del triunfo del nuevo tipo de coreografía que interpretan parejas tomadas en franco abrazo. El pueblo netamente criollo, muchas veces alejado de los centros de cultivo de las nuevas danzas, siguió en cambio practicando sus viejos bailes de parejas sueltas o ligeramente enlazadas.